La chica está acostumbrada a que la traten así. El marido impotente la perdió en las cartas. Por eso la han estado jalando como una perra todo el día. Y cuanto más fuerte es la estaca, más fuerte la meten dentro. Sólo que el coño está ya tan acostumbrado a los nuevos amos, a la abundancia de leche, que no quiere volver atrás.
Las vaginas de las chicas siempre están húmedas porque siempre están frotando su clítoris y drogándose. Algunas ni siquiera pueden dormir hasta que tienen un orgasmo.